martes, 5 de octubre de 2010

YA NO PODEMOS ELEGIR

La naturaleza se está revelando, los seres humanos nunca hemos querido escuchar las señales que nos ha ido enviando a lo largo de siglos y que han ido aumentando según avanzaba la tecnología y retrocedían los medios compatibles con ella. Hubiéramos podido compartir los adelantos científicos y tecnológicos con lo que ella nos proporcionaba pero, el egoísmo, la avaricia y la creencia inequívoca de que La Tierra está a nuestro servicio y no al contrario, nos ha hecho co-partícipes de su venganza contra nosotros mismos, nos estamos suicidando masivamente.


Ahora, aunque tarde, hemos sido advertidos por los eruditos en el tema, el desastre no tiene vuelta atrás, estamos designados irreversiblemente a sobrevivir. Se acabó el creer que somos inmortales, se imponen medidas drásticas para intentar amortiguar las consecuencias de una inconsciencia creada por la soberbia humana.

Tengo nietos y me gustaría que ellos a su vez también los tuvieran, pero eso es tan efímero que me asusta. Volcanes, inundaciones, terremotos, ya no sabemos donde volverán a surgir, antes existían zonas previsibles más o menos en el tiempo para su aparic

ión, ahora cualquier país, ciudad o pueblo están al alcance de los desastres naturales, aumentados en número gracias al cambio climático que a su vez es consecuencia del deterioro de la capa de ozono que poco a poco va destruyendo el hombre y el mal uso de las tecnologías.



Hace algunos años, no muchos, a cualquier personaque vaticinara el fin del mundo o alguna catástrofe a nivel mundial se le tachaba de alarmista, hoy nos dan que pensar.

Tengo miedo o prefiero llamarlo incertidumbre, por un futuro dudoso, sabiendo que aunque yo lo he intentado, existen millones de personas que aún siguen pensando que los científicos exageran alertando sobre la idea de que si no hacemos algo ya, no habrá vuelta atrás.

Pero también tengo esperanza, estoy segura de que aquellos que queremos preservar lo que nos mantiene vivos, venceremos a los que se empeñan en que es más importante la ganancia económica que la vital.

Por eso debemos aunar esfuerzos para combatir una guerra invisible, una batalla entre la vida y el caos. Si lo hacemos podremos resurgir como el "Ave Fénix", y decir con la cabeza alta:



HEMOS SALVADO EL PLANETA”.


Escrito por: Carmen F.S.

Imágenes: extraidas de Internet

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